martes, 22 de diciembre de 2015

Huele a libro nuevo.

Cada año, en mi ciudad, por estas fechas, ponen los típicos puestecitos de libros que me encantan: libros buenos y a buen precio. Este año he comprado tres joyitas que tenía muchas ganas de leer. En cuanto los lea, los reseñaré. No olvidéis escribirme en los comentarios si habéis leído alguno de ellos y darme vuestra opinión.


1. Starters, Lissa Price. 
Llega una novela post apocalíptica tan inquietante como Los juegos del hambre. Starters es la historia de Callie, una chica que ha perdido a sus padres y que no tiene dónde ir: ¿Venderías tu juventud con tal de sobrevivir? Callie perdió a sus padres cuando las guerras de las Esporas aniquilaron a todos los que tenían entre 20 y 60 años. Ahora es una starter, una adolescente que vive en la calle como una vagabunda y lucha por sobrevivir. Su única esperanza es Destinos de Plenitud, una inquietante empresa que contrata a adolescentes para que alquilen sus cuerpos a los enders, ancianos que quieren volver a ser jóvenes. Callie se hace donante, pero el neurochip que lleva en la cabeza se estropea y despierta en la ostentosa y lujosa vida de la ender que ha alquilado su cuerpo. Es una vida de cuento…hasta que descubre que los planes de Destinos de Plenitud son más siniestros que la peor de sus pesadillas.





2. Persuasión, Jane Austen
Jane Austen es heredera de los logros de la novela inglesa del siglo XVIII, pero al mismo tiempo crea un estilo nuevo de novela más breve, concentrada e intensa, y exhibe en sus dos últimas obras un dominio de recursos narrativos en la expresión de la interioridad que se adelanta a su época. El realismo económico de Jane Au sten, la implicación de sus primeras obras en los debates de la última década del siglo XVIII sobre la naturaleza humana, la familia, las instituciones sociales o la educación de las mujeres, y el reflejo en sus novelas de madurez de las innovaciones y escándalos de la Inglaterra de la Regencia, demuestran que la inteligencia creadora, alimentada por las lecturas y la observación, es capaz de interpretar el mundo desde la mesa de un cuarto de estar.«Persuasión» es la única novela de Jane Austen de la que se puede decir que es básicamente una historia de amor. Todas sus obras cuentan siempre el enamoramiento de una o dos parejas y acaban con la boda de los protagonistas, pero «Persuasión» es la única en la que el interés narrativo se centra en los sentimientos y en la interioridad de la protagonista. Publicada póstumamente, «Persuasión» es la última crónica austeniana del triunfo del amor, la bondad y la inteligencia en un entorno social dominado por la vanidad, la estupidez y el egoísmo.


3. La metamorfosis, F.Kafka
Durante el otoño de 1912, en Praga, entre el 17 de noviembre y el 7 de diciembre, escribió Franz Kafka (1883-1924) La metamorfosis, la peripecia subterránea y literal de Gregor Samsa, un viajante de comercio que al despertarse una mañana «de un sueño lleno de pesadillas se encontró en su cama convertido en un bicho eno rme». La esperanza de recuperar la condición perdida, las tentativas de adaptación al nuevo estado, los comportamientos familiares y sociales, la opresión del escenario y el desvanecimiento del tiempo son los ingredientes con que el autor elabora la trama del hombre contemporáneo, un ser condenado al silencio, a la soledad y a la insignificancia. Otros escritos de Kafka desarrollan rigurosas variaciones paralelas, desmenuzan inexorables pesadillas, asignan obsesiones enigmáticas a personajes desorientados y vencidos, pero tal vez sea La metamorfosis la narración que mejor expresa al «hombre primordial kafkiano». De ahí que merezca la calificación unánime de obra perfecta y obra maestra, un texto decididamente superior en el panorama de la literatura universal del siglo XX.

domingo, 13 de diciembre de 2015

LENGUA Y LITERATURA EN NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO (ESPAÑA)



Como dijo Aristóteles No hay que empezar siempre por la noción primera de las cosas que se estudian, sino por aquello que puede facilitar el aprendizaje".


Durante la ESO, el sistema educativo atiborra con fechas y nombres a los alumnos, pero se preocupa poco de enseñarlos a expresarse con propiedad, a organizar las ideas, a estructurar un texto… Tampoco llevan la teoría a la práctica. Por ejemplo, enseñan durante cuatro años morfología y sintaxis, pero nadie les dice qué utilidad tienen, ni cómo se usan. Las típicas redacciones sobre las vacaciones solo sirven para corregir la ortografía, se valora poco el texto en sí. La solución sería tan simple como dedicar la misma atención a aprender literatura que a enseñar a crearla.
Por otro lado, la lectura se introduce en la vida de los niños de forma placentera, con cuentos que contienen una moraleja, con personajes fantásticos, otros con los niños se identifican. Pero al llegar a la secundaria, los jóvenes, se encuentran con tochos insufrible como el Quijote o La celestina; y estas lecturas no hacen sino aumentar en el Bachillerato.
Es innegable que obras como las que he mencionado anteriormente tienen  una gran importancia y deben ser conocidas, pero, ¿es esta la forma correcta de introducir a los jóvenes en la lectura ? No. Esta manera de imponer la lectura lo único que provoca en ellos es rechazo y pereza. Debería introducirse en las aulas como disfrute, como forma de evasión; no como una obligación: no se puede obligar a nadie a apreciar la poesía de Machado o la narrativa de Delibes.
Hay otras maneras más fluidas de llegar a esos grandes clásicos como, por ejemplo, introducirlos poco a poco en los géneros a través de libros más sencillos e influenciados por esas grandes obras. Seguramente estas lecturas (claramente más atractivas para un muchacho de 15 años) los lleven a otras, hasta alcanzar a Cervantes, a García Márquez , a Lorca y a otros muchos.
En definitiva, estos dos problemas: una introducción a la lectura sin anestesia y no enseñar a los alumnos a escribir, condicionan negativamente su forma de ver la literatura.

¿Qué opináis vosotros?

jueves, 10 de diciembre de 2015

COMO MUJER:

Buenas noches.



Ya que considero que este blog es (aunque ahora esté menos activo que en otros tiempos) mi pequeño rincón personal, quiero hablaros sobre algo: cómo nos vemos las mujeres a nosotras mismas y qué somos en la sociedad actual. En mi caso, lo que me impulsa a escribir sobre este tema es, simplemente, que hace un tiempo me adentré en la literatura feminista; y cuanto más leo, menos efectivo es el dardo tranquilizador con él que el sistema social anestesia nuestra conciencia crítica. Este es un tema de todos, es un tema social y cultural que nos afecta como personas, dejando de lado nuestro sexo. Por eso, os pido también a los hombres que no os dejéis llevar por el título de la entrada: ESTO NO ES UN ANUNCIO DE TAMPONES, sino un problema común, cuya solución, también requiere un esfuerzo común.

Podemos apreciar en las redes sociales, en los anuncios, en las películas y libros superventas... que la mujer, lejos de haber experimentado una liberación física y mental (como la mayoría hemos creído durante un largo tiempo), ha sido convertida en un objeto comercial: un bonito cuerpo, una actitud pasiva, sometida a las imposiciones de un canon físico... 
Lo vemos diariamente, y ni siquiera le dedicamos un pensamiento, puesto que nuestra actitud crítica ha sido anulada por la custumbre, por el hábito, por la convención.
Parecen tonterías, pero cuando regalamos una cocinita a una niña y una pelota a un niño, les estamos marcando límites: "nena, tu a jugar con las Barbies en la cocinita y el niño al parque a jugar con la pelota". Estos detalles, que parecen insignificantes, forman y construyen niños que un futuro se convertirán en adultos; y su base será esa: tú limítate a esto, que el hombre ya se encarga de todo lo demás. Otro factor determinante es el patriarcado: quien cocina, quien plancha, quien es sensible, quien nos defiende de papá, es la figura materna; mientras que la figura dominante es la paterna, que se preocupa solo de abastecer a la familia. Nuestras madres son incluso más machistas que nuestros padres; asumen ese rol y lo transmiten a sus hijas como una obligación: haz la cama a tu hermano, llévale una cerveza a papa, te voy a enseñar a cocinar... Por otra parte, no es difícil notar que en los anuncios publicitarios de productos de limpieza, alimenticios o infantiles, entre otros, en su gran mayoría son interpretados por mujeres: la mujer limpia, la mujer cocina y la mujer da a luz y cría a los hijos. Es lo que está establecido. Es lo normal. En otros, como en los de fragancias, vemos mujeres cuyo papel, por lo general, queda en un segundo plano respecto al hombre o la exhibe como trozos de carne dignos de apreciar. En revistas, programas de televisión, propaganda...vemos mujeres que siguen y guían un canon de belleza inalcanzable; por el que muchas se atreven a estar durante horas sedadas en la camilla de un quirófano. La sociedad excluye, encasilla o limita a las personas que se alejan de este estereotipo, y el resultado se puede ver en la aparición de desordenes mentales tales como la bulimia o la anorexia. En la literatura también podemos apreciarlo. En muchas ocasiones, yo misma he recomendado libros donde la mujer se muestra inferior al hombre y, además, ella lo consiente y está de acuerdo (sin ir más lejos, After o 50 Sombras de Grey). Desde mi punto de vista, no es que sea malo leerlos; siempre que seamos conscientes del rol que desarrolla la mujer en la historia. Es algo que no  podemos obviar o maquillar. Personalmente, siempre leo estos libros con actitud crítica, es decir, los leo y me gustan, pero soy consciente de que no debo ser como la chica que es azotada, dominada o reducida, que no debo aceptar tales humillaciones y que el contenido es extremadamente machista. Soy capaz, como muchas otras mujeres, de disfrutarlo sin querer ponerme en el papel o pensar que "está bien". Esto va a estar presente, sino siempre, durante mucho tiempo en las sociedades, por lo que aconsejo a las mujeres como yo, que si les gusta este tipo de lecturas, por lo menos que sepan discernir la separación entre la realidad y ficción.

No hace tantos años, la mujer estaba reprimida por un sistema nacional-religioso que identificaba su sexualidad únicamente con la procreación, y el placer sexual femenino, con la suciedad; ahora no es tan exagerado, pero ¿ que ahí de las reglas sociales y culturales a las que estamos sometidas en la actualidad?, ¿es esta una verdadera libertad? Rotundamente, no. Han encontrado otra forma de someternos: el físico femenino que expone a la mujer como un simple objeto sexual y comercial, una personalidad sensible predeterminada, un segundo plano en el ámbito económico y en las relaciones de pareja.. . Se trafica legalmente con este contenido, identificando a la mujer con musas, objetos de admiración, con la figura materna, a cuyo interior no se le debe prestar más atención. 
El cambio nos incluye a todos, pero es preciso que la mujer haga un sobresfuerzo por liberarse de las reglas que le imponen desde niñas, que no se conforme con la información u opiniones de los medios más comerciales (normalmente guiados por un interés económico), que valore todos los aspectos resaltados anteriormente; pero, sobre todo, que se valore a sí misma y que no se sienta por debajo de ningún otros ser; ya sea hombre, caballo o marciano.

Muchas gracias por vuestra atención.